La casa gris

El dueño de un pequeño negocio, amigo del gran poeta, Olavo Bilac, cierto día lo encontró en la calle y le dijo:
-Sr Bilac, necesito vender mi negocio, que Ud. tan bien conoce. Me haría el favor de redactarme el aviso para el periódico.

Olavo Bilac redactó:
"Se vende encantadora propiedad, donde cantan los pájaros al amanecer en la extensas arboledas rodeadas de cristalinas aguas de un lindo riachuelo. La casa, bañada por el sol naciente, ofrece la sombra tranquila de las tardes en la baranda".

Pasó el tiempo y se volvieron a encontrar.

El poeta pregunto si había vendido el lugar. A lo que el comerciante contestó:
-Después de leer tu aviso, me di cuenta de la maravilla que tenía y no pensé más en venderla.