Cinco trampas mentales al tomar decisiones

A veces sin darte cuenta puedes cometer errores que hacen que tu objetivo se vuelva inalcanzable. Descubre cómo puedes evitarlo. Tomar buenas decisiones es imprescindible para alcanzar el éxito profesional y personal. Si quieres escapar de las trampas mentales con las que inconscientemente te puedes tropezar cada vez que tomas una decisión, lee estas líneas con atención:

  1. Cuidado con lo que das por hecho. Si te pregunto cuánto es la mitad de dos más dos, lo más probable es que me digas que son dos. Esto es porque has asumido que te he preguntado el resultado de sumar dos más dos y luego hacer la mitad. Pero en realidad mi pregunta más bien se resuelve calculando primero la mitad de dos, o sea uno, y sumándole después dos. O sea, resultado final: tres. Cuidado con lo que das por hecho. Ante cualquier decisión importante, hazte la pregunta ¿Qué estoy dando por hecho? Prepara una buena lista con la que identificar todos tus prejuicios y te asegurarás de que los tienes en cuenta conscientemente.
  2. Cuidado con quedarte atrapado por lo que aprendiste en el pasado. Atención a la siguiente pregunta ¿Cuál es el ratón que camina sobre dos patas? ¿Sabes la respuesta? La respuesta es Mickey Mouse. Ahora otra pregunta. ¿Cuál es el pato que camina sobre dos patas? Si tu respuesta es el pato Donald, has caído en otra trampa mental, porque todos los patos caminan sobre dos patas.
    Si es posible condicionar tu mente en solo dos frases, imagina de qué manera tu mente está condicionada por todo lo que has aprendido en el pasado cuando tomas una decisión. Mantente alerta y no te dejes atrapar.
  3. Cuidado con confundir causas y efectos. Imagina que tu hijo no quiere contarte por qué ha roto un plato y por eso le estás regañando. La pregunta es ¿le estás regañando porque no te lo explica? ¿O no te lo explica porque le estás regañando?
    Evita confundir las causas con los efectos. Antes de decidir, pregúntate siempre ¿Cómo puede mi decisión empeorar el problema?
  4. Cuidado con creer que más información es siempre mejor. Si eres más bien indeciso, esta es tu trampa mental “preferida”. Como no te sientes seguro, buscas más información. Al añadir más información al problema, te sientes más inseguro, por lo que buscas más datos. Y así sucesivamente. Deja de indagar y toma ya tu decisión.
  5. Nunca dejes de lado los datos pero tampoco dejes de lado la intuición. Si eres una persona que se guía por su instinto, tiendes a dejar de lado los datos. Si, en cambio, eres una persona muy racional, tiendes a dejar de lado la emoción. Las dos son trampas igualmente perjudiciales. Recuerda que una buena decisión tiene un buen balance entre datos e intuición. Asegura que tienes los datos, pero chequea también tu intuición. Pregúntate a ti mismo ¿Del 1 al 10, qué tal me siento con esta decisión? Y si no es un 10, entonces pregúntate ¿qué faltaría para que fuera un 10?

Las buenas decisiones determinan nuestro futuro porque nos llevan a alcanzar nuestros objetivos y, sobre todo, porque nos permiten llegar a ser quienes realmente queremos ser.