Y vosotros ¿Quién decís que soy yo?
- ¿Alguien de quien creemos "cosas maravillosas" o... Alguien a quien creemos y en quien nos confiamos?
- ¿Alguien cuya doctrina aprendemos y explicamos o... Alguien cuya doctrina aplicamos a nuestro modo de vivir...?
- ¿Alguien de quien hablamos más o menos... o Alguien con quien hablamos cada día más?
- ¿Alguien que vivió hace unos dos mil años... o Alguien con quien nos topamos a diario en la vida?
- ¿Alguien que sólo nos habla desde las páginas del Evangelio... o Alguien cuyos gritos nos llegan desde los pobres, los olvidados o los indefensos?
- ¿Alguien a quien piadosamente recibimos en la Comunión... o Alguien con quien nos esforzamos por comulgar cada día más, acogiendo su Espíritu, su mensaje y esperanza?
- ¿Alguien cuya cruz adorna nuestros cuellos y nuestras habitaciones... o Alguien que nos anima y da fuerzas para tomar su cruz y sufrir para que otro no sufra?
- ¿Alguien ante quien doblamos distraídamente la rodilla al pasar ante el Sagrario... o Alguien a quien hemos rendido todo nuestro ser.
- ¿Alguien a quien admiramos... o Alguien a quien seguimos?
- ¿Alguien a quien atribuimos títulos muy pomposos... o Alguien en quien buscamos con humildad y gozo al mismo Dios?
Respondamos a la desafiante pregunta de Jesús de forma personal:
Tú, Señor, eres el centro de la historia y del universo.
Eres mi Dios y Señor.
Eres la luz, la verdad, más aún, el camino, la verdad y la vida.
Eres el pan y la fuente de agua viva, que satisface mi hambre y mi sed.
Eres mi pastor, mi guía, mi ejemplo, mi consuelo, mi hermano, compañero y amigo de mi vida.