Esa paz...

Danos, Señor,
aquella Paz extraña
que brota en plena lucha
como una flor de fuego;
que rompe en plena noche
como un canto escondido;
que llega en plena muerte
como el beso esperado.

Danos la Paz
de los que andan siempre,
desnudos de ventajas,
vestidos por el viento
de una esperanza núbil.

Aquella Paz del pobre
que ya ha vencido el miedo.
Aquella Paz del libre
que se aferra a la vida.
La Paz que se comparte
en igualdad fraterna
como el agua y la Hostia.

Pedro Casaldáliga

Esa paz sorprendente y profunda que nace de la convicción. No la ausencia de conflicto ni de retos. No la paz silenciosa y vacía del cementerio. Sí la paz cansada de un día pleno. No la paz de quien no quiere problemas. Sí la paz de quien lucha por algo que es justo. No la paz de quien sabe que tiene todas las seguridades. Sí la paz de quien salta al vacío confiando mucho en otros. No la paz ciega de quien no sabe ver el mal. Sí la paz lúcida de quien adivina la esperanza más allá de las heridas.

No la paz frágil de quien no se acerca a los calvarios, sino la paz de quien ha visto un sepulcro vaciarse.

Qué pena da vivir a veces acogotados, con tanta prevención, con tanto ahogo, con tanto temor… al fracaso, al cansancio, al dolor, a la pérdida, al rechazo, al error… En parte es por no recordar que, siendo todo eso real, no es lo último, no es lo definitivo. Tal vez a veces nos parezca urgente, pero lo cierto es que esta batalla ya está luchada. Sólo que hay demasiadas realidades todavía crucificadas, donde el grito del Dios vivo que convierte los corazones de piedra en corazones de carne aún no se ha oído. Por eso nos toca vivir alegres, con la alegría profunda de quien sabe de quién se fía. Por eso, aunque haya nubes sombrías en el día a día, tenemos una misión… Anunciar a nuestro mundo que ha de ir a esa Galilea donde las tormentas sólo serán agua que riegue los campos, los dolores serán de parto y los llantos de alegría.

Nos toca vivir, construir, anunciar y proclamar… porque hemos tenido el enorme privilegio de escuchar ya un mensaje que aún tiene que llegar muy lejos.