¡Nos rezamos!

¡Nos rezamos!

Con estas dos palabras quiero expresar que al despedirnos vamos a sentir el gozo de acompañarnos y estar cerca a través del vínculo de la oración. Tú me rezas, yo te rezo. Yo rezo por ti, por la gente que amas y te preocupa, por las cosas que tienes entre manos y tú rezas por mí, por la gente que amo y me preocupa, por las cosas que tengo entre manos. Es una bella manera de decirnos te quiero y quiero tu bien. Quiero que mucha gente me diga ¡nos rezamos! porque al decirlo es una manera de comprometernos a tener en el corazón y en la oración el rostro de la otra persona. Es un modo de amar en la distancia haciendo que los corazones se sientan uno aunque estén a más de mil kilómetros de distancia. Te muestro mi cariño y mi cuidado por ti en el silencio de mi recuerdo y haciendo volar mi mente y mi alma hacia ti en presencia de Dios. Sí, definitivamente, me gusta. ¡Nos rezamos!