Sin el Espíritu, con el Espíritu.

Sin el Espíritu Santo,
Dios queda lejos,
Cristo pertenece al pasado,
el Evangelio son palabras muertas,
la Iglesia, una organización más,
la autoridad, una tiranía,
la misión, pura propaganda,
el culto, un simple recuerdo,
el obrar cristiano, una moral de esclavos...
Con el Espíritu Santo,
Dios late en un mundo
que se eleva y gime en la infancia del Reino,
Cristo ha resucitado y vive hoy,
el Evangelio es potencia de vida,
la Iglesia, comunión trinitaria,
la autoridad, servicio liberador,
la misión, permanente Pentecostés,
el culto, celebración y anticipo del Reino,
el obrar humano, realidad divina".
Ignacio IV Hazin, patriarca de la iglesia greco-ortodoxa de Siria