Adora y confía

Piensa que estás en manos de Dios,
tanto más fuertemente agarrado
cuanto más decaído y triste te encuentres.
Vive feliz. Te lo suplico.
Vive en paz. Que nada te altere.
Que nada sea capaz de quitarte tu paz.
Ni la fatiga psíquica. Ni tus fallos morales.
Haz que brote

 y conserva en tu rostro una dulce sonrisa,
reflejo de la que el Señor

continuamente te dirige.
Y en el fondo de tu alma coloca,

antes que nada,
como fuente de energía y criterio de verdad,
todo aquello que te llene de la paz de Dios.
Recuerda:

cuanto te reprima e inquiete es falso.
Te lo aseguro en nombre de las leyes de la vida
y de las promesas de Dios.
Por eso,

cuanto te sientas apesadumbrado y triste,
ADORA Y CONFÍA...
 


Teilhard de Chardin