El lobo de navidad

“Cuando nació Jesús se acercó a Belén un lobo que no estaba a gusto con lo que era, porque no era feliz haciendo daño a los demás. Enterado del nacimiento de Jesús, llamó a la puerta de la cueva de Belén. Salió José y le preguntó, ¿qué quieres? El lobo contestó: quiero ver al Niño Jesús, pues sé que cuando lo vea me convertiré en cordero y ya no haré daño a nadie jamás. San José entró a consultar a la Virgen María. Y volvió enseguida para decir al lobo que pasara. Ciertamente, el lobo, al ver al Niño Jesús, se convirtió en cordero.

Había allí un testigo, uno de los pastores que se había quedado viendo al Niño. Y cuando el lobo se convirtió en cordero, dijo a José y a María: ya está, ahora tenemos para comer cordero. Lo mataremos. Pero María y José le respondieron:

"no puedes convertirte tú ahora en lobo, acércate a Jesús con sinceridad de corazón, deja que cambie tu corazón, verás como siempre tendrás ganas de dar vida a todos. La palabra matar jamás estará en tu corazón, la palabra guerra no la conocerás, pues siempre hablarás de paz. Vida y paz, amor y justicia, libertad y generosidad, será lo que abunde en ti y en todos los que te rodean si es que te acercas a Jesús”.

Monseñor Carlos Osoro