¿Para qué sirve rezar?

Una vez se le preguntó a un hombre:

- ¿Qué ganas orando todos los días a Dios?

El hombre respondió:

- Nada, pero déjame decirte lo que he perdido: la ira, el ego, la avaricia, la depresión, la inseguridad y el temor a morir.

A veces, la respuesta a nuestras oraciones no es tanto ganar como perder, que en última instancia es la que ganamos muchas veces con la oración.