Beber los vientos - 1998
De aquí para allá buscando fuentes para la sed. Y mientras, el manantial de corrientes cristalinas invitándonos al Agua viva y abundante. Nos falta atrevimiento. Nos han explicado demasiado bien el peligro: puede que probar una gota signifique quedar locos para siempre. Mejor continuar entretenidos en aguas estancadas, sin brillo, heridas y cerradas en sí mismas. Esa agua, que cuando la bebes, se convierte en Viento. Despojo, apertura, encarnación, utopía, libertad… vidas atravesadas por la pasión del Reino y sueños de una tierra nueva que llegará. Hasta ese día, los hijos del Viento decidieron no descansar, fiados de Aquél que traerá entre sus manos esos tiempos nuevos que tantas vidas anticipan con su entrega. ¡Acércate a BEBER LOS VIENTOS!