Al otro lado del mar - 1999
Descalzos y desprotegidos como los ojos de un niño para oír el rumor que las olas van dejando en nuestra orilla. Mirar, sentir, escuchar, calar, cantar… para que la vida arda. Despertar para no vivir en el engaño de una vida plana. Comenzar a creernos increíblemente amados. Volver a la admiración y al asombro ante el Reino que buscamos y que a la vez ya se nos ha dado. Reino de Dios que irrumpe desde los pobres y los humildes. Acoger al Dios que se hace nómada en nuestra historia. Vivir en el abandono y la confianza. Él nos empuja fuera de nuestra orilla para ir más allá de la piel de las cosas, para saltar sin amarras, para contemplar la vida… AL OTRO LADO DEL MAR, en ti, tan cerca…
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