Plántale Cara al Hambre: Siembra. Campaña de Manos Unidas

El lema elegido para el año 2016 nos da el motivo principal de nuestra Campaña 57: la palabra SIEMBRA representa el principio de la alimentación y la actividad prioritaria de muchos de los socios locales y de las comunidades a las que acompañamos en nuestros proyectos, que son también un sector fundamental de la economía y la vida social.

¿Qué se propone Manos Unidas este año?

Plantale Cara al Hambre: Siembra. Manos Unidas

Sembrar recursos: tierra, agua y semillas. En el mundo 2.500 millones de personas dependen de la agricultura: pequeños agricultores, pastores, pescadores y comunidades que viven en entornos naturales generan más de la mitad de la producción agrícola mundial. Y ellos son los más vulnerables a los desastres naturales y a las crisis humanitarias. La escasez de agua o su contaminación no permiten crecer las semillas; la sobreexplotación de los recursos degrada casi irreversiblemente los ecosistemas; la especulación con los alimentos, especialmente de los cereales y las semillas y la desprotección jurídica, ha provocado que poderosas corporaciones acaparen zonas de cultivo en muchos países desplazando a los que no tienen más medio que la tierra para sobrevivir. Por todo esto, para avanzar en el derecho a la alimentación, es necesario que a nivel mundial:

  • se facilite el acceso a la tierra de los pequeños agricultores.
  • se reduzca el consumo de energías contaminantes en todo el mundo.
  • se establezcan políticas exigentes para impedir la impunidad de las actividades que vierten sin control contaminantes al agua y a la atmósfera.

Sembrar capacidades: a través de la transferencia de conocimientos, la capacitación de pequeños agricultores, el acceso a recursos materiales y financieros y la participación política y social que evite un sistema alimentario mundial, basado en una agricultura intensiva a gran escala.

Sembrar responsabilidad y cooperación entre los Estados para que defiendan los derechos humanos, especialmente los referentes al derecho a alimentación, y adopten medidas concretas, legislativas, administrativas, económicas, financieras, educativas o sociales que aseguren los niveles mínimos esenciales para que las personas estén protegidas contra el hambre. Asimismo, se trabajará para que se apliquen políticas que mejoren la capacidad de la población para alimentarse por sí mismos o suministrando alimentos en casos excepcionales. Esta cooperación debe impedir la utilización de los alimentos y los acuerdos comerciales como mecanismo de presión política.

Sembrar solidaridad: sin el compromiso solidario de todos no se puede acabar con el hambre. Por tanto, la solidaridad debe comprenderse en el uso y gobierno que hacemos sobre los recursos que tenemos a nuestra disposición.